Los pendientes y los adornos colgantes en los lóbulos de la oreja son otro de los elementos de joyería más antiguos que existen; con ejemplos desde el antiguo Egipto.
La pieza que presentamos en oro pretende ser una versión del tradicional «sapo»; heredero del peto, una pieza de joyería de enorme tamaño (desde el pecho hasta la cintura) dividida en tres piezas para formar un triángulo invertido.
De origen culto pero de tradición popular, el sapo se convirtió en un complemento muy utilizado hasta el punto de que sus formas más académicas forman parte del aderezzo al traje tradicional gallego.